domingo, 25 de enero de 2009

En el nombre de Delacroix

Cansado de leer y releer párrafos de libros que intentan explicar de manera imparcial el transcurso de la historia contemporánea –sin conseguirlo- no pude evitar hacer un descanso y reflexionar. La población, y más tristemente, nosotros los jóvenes, perdemos por momentos el romanticismo que siempre nos caracterizó. Pocos son los que se levantan para cambiar lo que no les gusta, los que rechazan los postulados establecidos, y sin embargo tantos los que no muestran más interés por el mundo que lo que a ellos les ocurra, o los que dejan de hacer lo que sienten, “lo que quieren hacer” en favor de “lo que hay que hacer”.

Contemplando a la señorita que tan valerosamente levanta una bandera rodeada de desprotegidos civiles y montañas de muertos me parece que me mira decepcionada. Me pregunto qué debió pasar para que en 100 años se pasara de toda una población que se alzó hasta la misma muerte reivindicando libertad, a solamente una generación; y en 40, a nimios colectivos de los que nadie sabe apenas que existen.

Los motivos para levantar los adoquines no han disminuido en absoluto, de ninguna manera hay menos represión, más libertad o menos muertes políticas. Sin embargo ¿dónde están los obreros que cambiaron la fábrica por las barricadas, los estudiantes que ocuparon La Sorbona? A veces me gustaría gritar: ¡ahora! Y que oleadas de inconformistas aparecieran por cada esquina formando el mayor ejército popular del mundo. Nos deberían temer.

miércoles, 7 de enero de 2009

martes, 6 de enero de 2009

Hoy no caen regalos en Gaza

Parece que a los tres Reyes Magos de Oriente (ojo) se les ha pasado por alto la franja de Gaza cuando repartían armonía esta madrugada. Los niños palestinos, al contrario que nuestros queridos hijos rubios, no tenían esa ansia por levantarse a las seis de la madrugada a ver qué tenían al pie de sus zapatos. Apuesto a que ellos no querían ni levantarse, no querían abrir los ojos para ver un día más la barbaridad que están sufriendo. ¿A caso se han portado mal? Son los niños malos los que no merecen regalos. Pero esque los niños palestinos no tienen la suerte de no tener nada, tienen miseria, ruinas, y bombas con estrellas de David.

Mientras el mundo entero sólo abre la boca para decir que Hamás es el eje del mal y debemos destruirlo, el ejército israelí asesina más de 400 civiles en 10 días. Nadie mueve un dedo por ello. Es más, nuestras eficaces democracias siguen reconociendo a Israel como estado legítimo y a Hamás como organización terrorista. Nada importa que el terrorismo venga en forma de piedras y palos y el estado legítimo llame a la puerta con armamento americano.

Si los años de falso bienestar que nos han precedido no hubieran oscurecido el alma de las personas, los gobiernos de Occidente estarían ahora mismo expulsando a sus embajadores israelíes y pidiendo firmemente el cese de las invasiones en la franja de Gaza. Desgraciadamente, no queda ni un suspiro de decencia entre la jet-set de los paises desarrollados, que encuentran mucho más cómodo desenvolver sus regalos junto a sus familias que poner freno a la descabellada matanza que tiene lugar en la tierra de los Reyes Magos.